jueves, 3 de abril de 2008

¡Agua, agua, agua...!, con barcos y trenes y hasta con las oraciones de un agnóstico a la Moreneta

La Generalitat puso a punto siete barcos con los que trasladar agua de Tarragona, Marsella y Almería a Barcelona.
Los buques tienen una capacidad de 28.000 metros cúbicos por nave.
Está previsto que el primer barco con las bodegas llenas de agua llegue el 15 de mayo. Éste era uno de los planes que la Generalitat contemplaba hasta la fecha.

Según informa La Razón, el conseller de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, afirmó ayer que todas las posibilidades para solventar el problema del agua en Cataluña están abiertas e «incluso se está analizando transportar el agua por va ferroviaria».
De acuerdo con Baltasar, «todo vale» para superar la sequía. De todas formas, tanto el conseller de Medio Ambiente, como el presidente de la Generalitat, José Montilla, se mostraron convencidos de que Cataluña aún no se encuentra «en situación de emergencia» y no quieren dar nada por perdido porque «siempre puede llover».

Probablemente toda la Generalitat esté con los dedos cruzados para que se cumpla lo de «abril aguas mil». Una idea nada descabellada si se tiene en cuenta que Baltasar se encomendó a la patrona de Cataluña, la virgen de Montserrat, para que la lluvia llegue por fin a tierras catalanas. «Sabes que soy agnóstico, pero si puedes hacer algo, hazlo», confesó ayer el conseller que le había rezado a la Virgen, durante la visita del titular de Medio Ambiente al monasterio de Montserrat tras la muerte del abad, Cassià Maria Just.
Narbona y Baltasar

La oposición aprovechó la sesión parlamentaria de ayer para recriminar al Ejecutivo catalán, en general, y a Baltasar, en concreto, las mentiras sobre el trasvase del Segre. Montilla no gana para disgustos con la sequía, y ayer vio cómo su titular de Medio Ambiente admitía en una entrevista radiofónica tener un «pacto de silencio» con Cristina Narbona, que sólo podía salir a la luz después de las elecciones.
Baltasar y Narbona se reunieron el 29 de noviembre para analizar «la magnitud de la sequía en Cataluña». En en este encuentro el conseller comunicó la intención de la Generalitat de hacer «una punzada» en el Segre para resolver el problema.

En palabras de Baltarsar, en el Ministerio de Medio Ambiente «me dijeron: “Por favor, este tema no lo tratemos ahora que estamos en un periodo preelectoral”».
En respuesta a Baltasar, Medio Ambiente emitió un comunicado afirmando que el «único» pacto es el de garantizar el suministro de agua y que se trabaja para «evitar el trasvase del Segre».

Por su parte, el conseller de Medio Ambiente valenciano, José Ramón García Antón, aseguró que las declaraciones de su homólogo catalán refuerzan las reivindicaciones del Gobierno valenciano porque el problema de Barcelona es un problema de Estado, pero «también lo es el de la Vega Baja o del Vinalopó».
Afirmó que no está en contra del Segre, pero exige que también se dé agua a Valencia, bien a través de un proyecto de transferencias o poniendo en marcha los bancos de agua.

La Generalitat de Cataluña gastará 44 millones en llevar agua en barcos a Barcelona
Ep - Barcelona.-
La Generalitat de Cataluña gastará 44 millones de euros en contratar, por dos meses, a los diez barcos que llevarçan agua al puerto de Barcelona a partir de mediados de mayo desde Tarragona, Marsella y Carboneras (Almería), según anunció hoy el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar. «Es una inversión muy grande que nos gustaría no tener que hacer», expresó.
En total, podrían aportar 2,6 hectómetros cúbicos mensuales haciendo una media de tres viajes diarios.
La operación se efectuará con una flota de diez barcos cuya capacidad es de 28.000 metros cúbicos en el caso de los pequeños, que vendrían de Tarragona y Marsella en mayo con agua potable, y de 40.000 metros cúbicos, en los grandes que vendrán también ese mes desde Marsella con agua prepotable y de Carboneras a partir de agosto.
El inicio de las operaciones debe ser en mayo porque, de seguir las lluvias como en los últimos once meses, será una medida necesaria para evitar los cortes en el suministro.

En total, los barcos harían unos tres viajes diarios y los contratos de las navieras, que empezarán a firmarse a partir de la próxima semana y de carácter bimensual podrían prolongarse durante medio año. Las salidas se programarán según la disponibilidad de los puertos emisores y, según señaló, el Puerto de Barcelona ya cuenta con las infraestructuras para recibirlos.
En total, se invertirán 35,2 millones en las infraestructuras necesarias en Tarragona, Barcelona y Carboneras, que serán «reversibles», ya que servirán tanto para aportar agua como para recibirla, según explicó Baltasar.
Los primeros contratos con navieras se realizarán esta semana, según explicó Baltasar, que aseguró que ya se han «cerrado» los formatos y condiciones para llevar a cabo las operaciones. Los acuerdos se firmarán entre 45 y 60 días antes de iniciar los viajes. El precio del agua en Marsella, de este modo, oscilará entre un euro cuando se trate de agua potable y dos euros, cuando sea prepotable —desde Provenza—.
«Sabemos que es caro, pero queremos dar garantías», dijo Baltasar, quien añadió que sería peor tener que someter a cortes de agua al 75% de la población catalana y a los negocios de la zona afectada por la sequía. «No me lo quiero ni imaginar», manifestó.

Otra posibilidad «complementaria» y con un coste menor sería la de traer agua en trenes de la sección Graneles de Renfe, como la Generalitat estudia. Esta opción implicaría hacer cuatro viajes diarios y podría aplicarse en tres o cuatro meses por motivos de disponibilidad de contenedores si finalmente se aprueba. Este transporte tendría, sin embargo, una capacidad menor —1.000 metros cúbicos por viaje—, y cada semana podría traer un volumen aproximado de 28.000 metros cúbicos, lo equivalente al total de almacenaje de uno sólo de los barcos —los de tamaño menor—.
El consejero Baltasar evitó mencionar los orígenes de estos trenes durante la rueda de prensa semanal de seguimiento de la sequía, pero su departamento descarta grandes desplazamientos como Almería, ya que el volumen de litros se reduciría a 600 metros cúbicos por viaje.
Según explicó, desde hace tres días se plantea esta posibilidad tras mantener «conversaciones con Renfe», por lo que los detalles se irán concretando en las próximas semanas, y se aplicaría sólo en situaciones «críticas», ya que es una «medida de auxilio». «El ferrocarril es un buen complemento a los barcos», sostuvo. Además, resaltó que se trata de una opción «sensiblemente más barata» que la flota naviera, aunque descartó que se vaya a cambiar una iniciativa por la otra, por la diferencia de volumen transportado entre ambas.

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