viernes, 26 de febrero de 2010

Otra advertencia de que Zapatero va por mal camino


ZAPATERO está avanzando en la dirección equivocada, según advirtió ayer el nuevo comisario de Economía, Olli Rehn. Según las nuevas previsiones de la Comisión Europea, España registrará este año un crecimiento negativo del 0,6%, el doble de lo previsto por el Gobierno.
La estimación de Bruselas está en línea con la del Banco de España, que, según desveló EL MUNDO, contempla una caída del PIB del 0,5% para este ejercicio, y coincide exactamente con la del FMI.
Rehn vaticinó que habrá una ligera recuperación en el segundo trimestre, pero que la subida del IVA y los impuestos indirectos provocará una recaída en los seis últimos meses del año. Parece obvio que, en una situación de fuerte declive del consumo y la inversión, el alza de la presión fiscal que va a llevar a cabo el Gobierno es un grave error. Eso es, al menos, lo que cree Bruselas y lo que ya han dicho numerosos expertos.
Elena Salgado insistió ayer en mantener la previsión del Gobierno de una caída del 0,3% del PIB, pero aun cuando tuviera razón sería un dato malísimo, ya que la bajada de 2009 ha sido del 3,6%, por lo que estamos hablando de un descenso sobre otro descenso.
El negro panorama que prevé la Comisión coincide con el comienzo de las negociaciones entre el Gobierno y las fuerzas parlamentarias para alcanzar un pacto económico. Ayer, el Gobierno se limitó a presentar un listado de temas, anunciando que la semana que viene efectuará una serie de propuestas concretas.
Veremos hasta dónde está dispuesto a llegar el Ejecutivo, pero de momento Elena Salgado se ha visto obligada a subrayar que respetará el alza del 0,3% de subida salarial laboriosamente pactada con los funcionarios por su colega De la Vega. El día anterior, el secretario de Estado de Hacienda había sugerido que el Gobierno estaba estudiando un recorte, palabras que suscitaron una reacción de indignación de los sindicatos.
El hecho es que los salarios de los funcionarios no sólo no se van a revisar a la baja sino que además van a subir por poco que sea. Lo que sí va a hacer el Ejecutivo es no reponer el personal que se jubile, lo que permitiría un ahorro de la masa salarial del 4% en cuatro años. Muy poca cosa porque el total de las remuneraciones de los tres millones de funcionarios de todas las Administraciones Públicas supone 120.000 millones de euros, por lo que estamos hablando de un ahorro de 4.800 millones al cabo de cuatro años.
Se pone así en evidencia el temor del Gobierno a meter la tijera en el gasto cuando ello implica posibles protestas de los sindicatos o de los funcionarios, que el año pasado tuvieron una subida bruta de sus salarios del 3,6%. El propio Zapatero matizó el viernes pasado en Londres que el ajuste presupuestario se llevará a cabo cuando se reactive la economía, lo que evidencia su escasa o nula convicción en la necesidad de reducir el gasto público.
Estas reacciones revelan que ni Zapatero ni Elena Salgado son conscientes de la magnitud del problema. Esperan a que la reactivación de la economía internacional tire de España, mientras aplazan cualquier iniciativa que pudiera significar un atisbo de impopularidad. ¿Cuáles son las medidas que ha tomado el Gobierno desde el pasado verano? La respuesta es ninguna. Han proliferado, eso sí, decenas de planes y anuncios, pero ninguna reforma concreta.
La última esperanza reside en un acuerdo entre los dos grandes partidos en la negociación que comenzó ayer, lo cual parece muy difícil a juzgar por la vaguedad del Gobierno y el burlón escepticismo del PP.

jueves, 25 de febrero de 2010

Jorge de Esteban y la Constitución amenazada


O SE REFORMA el Título VIII de la Constitución o asistiremos a la fractura de nuestra Carta Magna. Demasiado tiempo ha resistido ya. Desde hace 10 años vengo insistiendo en que se cierre el Estado de las Autonomías con la obligada reforma constitucional. Ni una trasferencia más ni un chantaje más ni una coacción más. Y, por supuesto, la recuperación plena para el Estado de las competencias en Educación, suicidamente transferidas a las Comunidades Autónomas.
«Que los dos grandes partidos nacionales -escribió hace unas semanas Jorge de Esteban en uno de los artículos más lúcidos que he leído en mucho tiempo- lleguen al acuerdo y al convencimiento de que la única forma de arreglar este desaguisado, es rectificando a los padres constituyentes, para proceder a la reforma total del Título VIII de la Constitución y, previamente, de la ley electoral, porque sólo así se podrá evitar la amenaza a nuestra Constitución».
Para Jorge de Esteban, el Gobierno de Zapatero, aun no siendo culpable directo de los errores de la Constitución, «cometió la imprudencia de soltar las amarras que frenaban a los nacionalismos vasco y catalán». El error añadido de nuestros constituyentes, aparte de empeorar el sistema de descentralización territorial de la II República, se potenció con una ley electoral que prima a las minorías nacionalistas y las permite coaccionar de forma abusiva a los grandes partidos nacionales. Cuando el PSOE o el PP no alcanzaron la mayoría absoluta han tenido que someterse al chantaje de los partidos nacionalistas para la investidura, primero, y para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, después, y así cada año. Las últimas y suculentas tajadas las ofreció Zapatero en septiembre pasado redondeando el festín de los nacionalistas. Amelia Valcárcel, que es una mujer muy inteligente, podría explicar lo que éticamente eso supone. Ha concluido, por cierto, un sólido trabajo sobre Ética, religión y normativas de género, que ha alcanzado las calificaciones más sobresalientes.
Se ha transferido a las Autonomías mucho más de lo que era prudente. Se ha pagado mucho más de lo que se debería haber pagado. Y la voracidad nacionalista, como anticipó Ortega y Gasset a Manuel Azaña, permanece intacta. Nunca se sacia. De las exigencias de transferencias se ha pasado ya al secesionismo abierto proclamado y con fechas.
Artículos como el de Jorge de Esteban plantean a la opinión pública la realidad política de la Constitución amenazada. Los partidos políticos deberían meditar detenidamente lo que el catedrático de Derecho Constitucional ha expuesto, pero andan siempre zascandileando por las ramas en la defensa de los intereses partidistas, sin tiempo para ocuparse del interés de España. Y el interés de España exige ya, con urgencia, un pacto entre el PSOE y el PP para reformar el Título VIII de la Constitución.
Luis María Anson es miembro de la Real Academia Española.

Zapatero, Cuba y los Derechos (In)Humanos


LA MUERTE del disidente cubano Orlando Zapata tras 86 días en huelga de hambre en prisión muestra el verdadero rostro del régimen castrista. Zapata, albañil, de 42 años, fue enviado a la cárcel en 2003 junto a un grupo de más de 70 opositores. Su defunción es absolutamente injustificable y debió haberse evitado.
Las circunstancias que rodean la muerte de Zapata resultan además particularmente abominables. No era un gran líder de la disidencia: en principio, sólo se le condenó a tres años por desacato, y no por conspiración, como al resto. Vio cómo las autoridades multiplicaban de forma delirante su condena por supuesta desobediencia. Y en el momento de la agonía, cuando fue trasladado a La Habana al comprobarse su grave deterioro, ni siquiera dejaron a su madre que lo viera. ¿Cabe mayor inhumanidad?
El caso es tan repugnante que sorprende que Zapatero, en su intervención de ayer en la llamada Sala de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones de la ONU -decorada con la famosa cúpula de Barceló- no hiciese una referencia expresa o, cuando menos, mencionara la situación de Cuba. Resulta decepcionante la posterior aclaración de La Moncloa de que un párrafo genérico de su discurso que apelaba a todos los Estados a «respetar la vida» de sus ciudadanos era una alusión al régimen castrista. Cabe recordar que el presidente llegó a defender en su día el «valor supremo de la vida» para justificar una decisión extraordinariamente polémica como la de excarcelar al etarra De Juana Chaos. Cualquiera diría que los derechos humanos sólo son predicables para lo peor de nuestra especie.
De la misma forma, extraña que el Ejecutivo se haya limitado a «lamentar» lo sucedido, sin condenarlo, y que haya descartado casi de inmediato un cambio de política hacia Cuba, cuando ha sido, por ejemplo, tan rígido con Honduras, al punto de boicotear -en sintonía con las tesis chavistas- la toma de posesión de su nuevo presidente democrático. Y eso que el régimen cubano reaccionó ayer con más represión y detuvo a medio centenar de personas para evitar protestas en la calle. Amnistía Internacional, que tenía a Zapata en su lista de presos de conciencia, denunció ayer sin ambages la «crueldad» del régimen. A la frialdad de Zapatero y del resto del Gobierno se sumó el Grupo Socialista del Congreso, que rebajó una propuesta de declaración institucional presentada por el PP que condenaba la dictadura castrista, sustituyéndola por otra que se limita a manifestar la «honda preocupación» de España por la situación de los presos políticos en la isla.
La muerte de Zapata supone, por otra parte, una bofetada a la política del Gobierno hacia Cuba, basada en la idea de que la cooperación y la mano tendida son la forma para facilitar la apertura del régimen. Muestra del fracaso de nuestras autoridades es que, la semana pasada, en un encuentro bilateral entre delegaciones de ambos países celebrado en Madrid, se trató la situación de Zapata. La intercesión española no sirvió de nada.
Pero quizás lo peor para el Gobierno es el descrédito en el que este trágico desenlace le deja ante Bruselas, en un momento en que España preside la UE. Zapatero, siguiendo el criterio de su ministro Moratinos, ha tratado de convencer una y otra vez a los países europeos de la necesidad de cambiar la actual política hacia Cuba por otra de colaboración, aun cuando eso suponga hacer la vista gorda a la permanente violación de derechos humanos en la isla. Los hechos han demostrado, una vez más, que el diálogo y la tibieza no amansan a los Castro, que son capaces de dejar morir a un hombre en la cárcel con tal de no aflojar su yugo.

miércoles, 24 de febrero de 2010

El pensionazo de Teddy Bautista: 24.500 euros al mes


El máximo dirigente de la SGAE gozará de un cómodo retiro gracias al acuerdo de jubilación que ha cerrado con la entidad, que le garantiza una pensión vitalicia que casi iguala su salario actual: 323.773 euros anuales
Eduardo Bautista se ha garantizado un retiro dorado para cuando abandone sus labores al frente de la SGAE.
El presidente del Consejo de Dirección de la entidad cobrará una pensión vitalicia de 24.511,49 euros al mes, según los cálculos de la consultora Watson Wyatt a los que ha tenido acceso LA RAZÓN.
Es decir, el ejecutivo recibirá casi 300.000 euros al año por este concepto, al margen de otros ingresos que pueda percibir como sus derechos de autor.
En su informe, Watson Wyatt no identifica al beneficiario de esta jugosa pensión, pero sí que señala su fecha de nacimiento: el 25 de mayo de 1943, la misma que figura en la biografía oficial de Bautista.
El informe está fechado a 31 de diciembre del año pasado y precisa que su jubilación «puede producirse en cualquier momento a decisión del mismo».
Fuentes de SGAE confirmaron de forma extraoficial los términos de este pacto con su máximo directivo.

martes, 23 de febrero de 2010

Circula por ahí esta carta. ¿La habrá escrito la niña de Rajoy?


Hola a todos:
Me llamo Marta y soy alumna de 5º de primaria. La semana pasada nos trajeron un montón de ordenadores, para todos menos para el profe. Nos pusimos muy contentos porque pensamos que también nos pondrían aire acondicionado en verano (nos morimos de calor) y traerían una pizarra nueva, sin reflejos y en la que se pueda escribir sin que la tiza resbale, sillas y mesas nuevas adecuadas a nuestra estatura, estanterías y una taquilla para nuestras cosas. Pero no, sólo trajeron ordenadores. Y sin lupa, porque son muy pequeños, pero eso da igual.
Por lo menos nos lo han regalado enterito, porque mi primo de Ripollet dice que mis tíos han tenido que pagar la mitad del portátil, por eso de ser catalanes. Esto no lo entiendo muy bien.
El primer día no hicimos nada con ellos porque tiene un sistema que es diferente al que tenemos en casa, un tal Linux, y que el maestro no conoce.
En realidad no sabe nada de informática. Dijo que ya miraría algo, pero María, otra empollona, le contestó que ella podía enseñarle, pues en su casa tiene un ordenador y sabe manejarlo. Todos nos reímos, pero el maestro no.
El maestro también dijo que eran para nosotros y que nos los podíamos llevar a casa. Yo cogí el mío y lo guardé en la mochila, pero a mi amiga Mati se le cayó y se le rompió todo —el maestro le hizo una foto—. A Luis se lo robaron unos gamberros mientras volvía a casa y a Santi se lo rompió Mateo, el niño que nos pega a todos.
En clase los que más usan el ordenador son Toni y Andrés. Son dos niños un poco retrasados y que antes sólo molestaban. Ahora con el portátil les ponen una película de dibujos y están más callados.
Ayer nos explicaron cómo sacar información de Internet y nos mandaron deberes para buscar en casa. Mi papá, que ahora no trabaja, dice que no tenemos dinero para Internet, por eso no he podido hacer los deberes esta semana y ya me han regañado en el cole. Por eso, además de los libros y cuadernos, también cargo con el ordenador. Ahora ya no uso mochila, sino el troler de mamá de cuando podíamos ir de finde o de viaje.
A mi hermano mayor en el insti también le van a dar uno y él está muy contento pues dice que podrá colgar fotos y chatear con las chicas.
También me ha dicho que, a partir de ahora, no tendrá que fijarse en las faltas de ortografía, pues el ordenador las corrige automáticamente.
Es maravilloso, también, porque antes las clases eran pesadas y largas y ahora duran 10 minutos o menos. A muchos compañeros no les funciona; a otros les tarda tanto en ponerse en marcha que para cuando lo consigue suena el timbre de salida.
Y sin olvidar que los electricistas nos dejaron tres días en el patio poniendo enchufes porque la batería no dura nada y nos hacemos un lío de cables en la clase que podemos jugar a enredos.
Como las cosas que trae el maestro no se pueden abrir, dice que pondrá las notas según le demos más o menos la lata y según el tiempo que tardemos en abrir el invento.
Se acabó estudiar, la calculadora y las reglas. Y sacar punta, tener buena letra y tener un cuaderno de diez. Es fantástico. Pobrecillos los que aún están en 4º porque los veo muy estresados.
Yo me paso la mañana con el Google Earth. Ya me lo sé de memoria y no tengo otra cosa que hacer.
En matemáticas, es lo mejor: sólo tienes que elegir entre tres respuestas y además te dan otras tres oportunidades. Y si en lengua no te sale algo, lo buscas en Internet y ya está.
Finalmente todos sacaremos sobresaliente porque leer ya sabemos, pero vamos a aprender a comprender. El maestro dice que es una competencia básica.
Es genial.
Marta

domingo, 21 de febrero de 2010

Vuelta a la nada


JOSÉ MARÍA CARRASCAL
Domingo , 21-02-10
¿A qué ha ido ese hombre a Londres, con la que hay armada en Madrid? ¿A cortejar a los mercados o a enseñarles el dedazo, como Aznar a sus «fans» en Oviedo? ¿A fotografiarse con Brown o con Papandreu? ¿Por qué crea una comisión triministerial para reunirse con los dirigentes de los demás partidos, si el portavoz del suyo ya se está reuniendo con ellos? ¿Por qué no ha citado a Rajoy, si dice que es tan importante su colaboración? ¿Y a qué tantas reuniones, si la cosa está encarrilada y a final de año empezará a crearse empleo? ¿Va a seguir las recomendaciones de los expertos o a seguir actuando por su cuenta? ¿Recortará todos los gastos o sólo algunos? Y, sobre todo, ¿vamos a tener que hacer sacrificios o no? Pues esa palabra, como antes la de crisis, no la ha pronunciado todavía. Y hay quien dice que los sacrificios son la clave de la situación.
Los mentirosos patológicos como él, sin embargo, creen que puede engañarse a la realidad con sólo cambiar el nombre de las cosas. Cuando se les acaban las palabras, intentan sustituirlas por gestos, y al acabárseles los gestos, entran en un estado cataléptico, próximo a la histeria, en el que ya se encuentra nuestro presidente, al que tan pronto vemos aquí como allá, sonriente o airado, parando golpes o propinándolos, humilde o altanero, inclinándose a la izquierda o a la derecha, seguro de sí mismo o huidizo. ¿De qué huye este hombre? Pues huye de sí mismo. Huye del Zapatero que negó la crisis, y hoy se ve obligado a calificarla de grave; del que descalificó todas las recetas del PP, y ahora no tiene más remedio que copiárselas; del que proclamaba una gloriosa presidencia española de Europa, y tiene que vivirla como un vía crucis; del que anunció que pronto superaríamos a Francia, tras superar a Italia, y ahora tiene que contentarse con superar a Grecia; del que mimó a los sindicatos, y ve que se le amotinan; del que espera la recuperación como el personaje de Beckett esperaba a Godot; del Zapatero, en fin, que engañó a todo el mundo, y ahora sólo puede engañarse a sí mismo. Por eso está tan irritado, tan nervioso, tan contradictorio, tan errático, confundiendo a sus propios colaboradores. Es la suya esa desesperación del que ha llegado al cabo de la calle, la del que ya no encuentra a nadie que le crea. La angustia del que busca a quien echar la culpa de sus errores, y se da cuenta de que ha agotado todos los posibles culpables. El pánico del que sólo percibe alrededor desdén y desconfianza. Los únicos dispuestos a ayudarle son los pocos que vienen compartiendo su andadura desde el principio y los que esperan poder sacar tajada de su desahucio. Su caída es tan vertical como fue su ascenso. Esa es la escueta realidad. Por eso la odia y la niega Todo apunta, sin embargo, que más pronto que tarde, volverá a la nada.

Posibilidades.


En puridad, no tenemos Gobierno, sino un mero resultado electoral, el fruto de una mayoría solitaria, que, atemorizada por el poder sindical, no se atreve a poner en marcha las medidas de austeridad, reducción del gasto, sacrificio colectivo y garantizada impopularidad que podrían reconvertir una crisis que no se supo ver venir y que no se difuminará entre los recuerdos del pasado con la facilidad con que el día sucede a la noche. En los hechos, la comisión que formalmente encabeza Elena Salgado, realmente dirige José Blanco e integra el nunca bien ponderado Miguel Sebastián tiene la función de los payasos que, en el circo, entretienen a los espectadores mientras se instala la jaula de las fieras y el domador, con un batín sobre sus galas profesionales, comprueba la seguridad del montaje. Desde la política establecida no tiene otra posibilidad. (Martin Ferrand en ABC)

... Y ahora la «deudaflación»


Los riesgos soberanos por los altos niveles de deuda adquieridos podrían traducirse a la larga en «riesgos inflacionistas»

El riesgo de impago de los Estados puede traducirse en riesgos inflacionistas cuando comience la recuperación.

Entre el crecimiento desbocado de la deuda de las economías desarrolladas, los amagos de quiebra de Grecia y el pánico posterior al contagio de parte de la eurozona, una nueva amenaza comienza poco a poco a germinar: la «debtflation». El término -que fusiona los conceptos de deuda e inflación («debt» e «inflation» en inglés)- ha sido acuñado por el banco de inversión norteamericano Morgan Stanley y pretende reflejar lo que, según explica en su último análisis monetario global, será uno de los principales retos que la economía mundial deberá afrontar cuando comience despuntar la recuperación económica: el riesgo de impago de los Estados, tan presentes las últimas semanas en los mercados europeos, pueden llegar a traducirse en «riesgos inflacionistas».
Vieja receta
La advertencia de los economistas de Morgan Stanley -aunque puede sorprender a más de uno por la preocupación, aún latente, por el caso contrario, la deflación- recupera una vieja receta de la política monetaria para poder afrontar con una mayor ligereza los pagos de la deuda: provocar inflación. Cuanto más altos sean los precios, menor será el coste real de los préstamos. Para explicar su teoría, el banco de inversión estadounidense propone un ejercicio de memoria histórica.
Según explica en su informe Morgan Stanley, en el año 1946, la deuda pública de Estados Unidos representaba el 108,6% del Producto Interior Bruto (PIB). Sin embargo, el banco recuerda que 60 años después, en el año 2003, el endeudamiento público respecto al PIB era tan sólo del 36%. Es decir, que en dos generaciones, se había logrado reducir este desequilibrio económico en más de 70 puntos básicos.
Ahora bien, en ese mismo periodo, las cuentas públicas norteamericanas acumularon un déficit medio del 1,6% con respecto al Producto Interior Bruto. ¿Cómo pudo reducirse tanto la deuda cuando el presupuesto federal estaba en números rojos?, se pregunta la entidad norteamericana. La respuesta está en la inflación, que tuvo «un efecto considerable» en la erosión de la deuda, asegura Morgan Stanley.
El riesgo de una política de alta inflación está en que puede ahuyentar la inversión extranjera y perjudicar al dólarLas advertencias de la entidad coinciden, precisamente, con las directrices marcadas por algunos economistas que miran a la inflación como vía para salir de la crisis económica. Unos de ellos es el economista jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard. Hace unos días aseguraba en el informe «Repensando la política ecónomica» -que firma junto a sus colegas del organismo Dell´Ariccia y Paolo Mauro-, que los bancos centrales deberían estudiar la posibilidad de establecer un objetivo de inflación más elevado del que existe actualmente -fijado en el entorno del 2%- para de esta forma facilitar los pagos de las deudas de los países, permitir que la política monetaria sea más eficaz y evitar consecuencias como las de la actual crisis económica.
Olivier Blanchard recuerda que los últimos años ha reinado la idea de que la inflación no sólo debe ser estable, sino también baja porque se creía que, «en un mundo de pequeños «shocks», una inflación del 2% era un colchón suficiente».
Sin embargo, continúa el economista, «cuando la crisis económica empezó en el año 2008 y la demanda se colapsó, muchos de los bancos centrales rápidamente redujeron su política de tipos interés a cerca de cero, y de haber podido, hubieran reducido la tasa todavía más». «Como consecuencia», asegura el Fondo Monetario, «ahora hay una mayor dependencia de la política fiscal y un mayor déficit público».
«La bomba de la deuda»
Una tesis parecida esgrimieron a finales del año pasado economistas como Gregory Mankiw, asesor del ex presidente George Bush, Kenneth Rogoff, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional y Paul Krugman, Premio Nobel de Economía. En opinión de este economista, un control menos estricto de la inflación facilitaría a los consumidores y a los Gobiernos el cumplir con sus obligaciones. Además, explica que podría ayudar a la economía si anima a los estadounidenses a gastar ahora en lugar de hacerlo más adelante, cuando suban los precios.
Desapalancamiento
«Propongo una inflación del 6% durante al menos un par de años», declaraba Rogoff, hoy profesor de Harvard, «pues mejoraría la bomba de la deuda y nos ayudaría en el proceso de desapalancamiento». Mankiw tampoco lo duda: «Hay cosas peores que la inflación y Bernanke, actual presidente de la Reserva Federal estadounidense, es la persona perfecta para elevarla». Y es que, recuerda, «Bernanke ha sido durante mucho tiempo un defensor de la inflación.
Algunos economistas miran ya a los precios como una vía para salir de la crisis económicaTambién Paul Krugman reflexionaba sobre los precios en su blog: «¿Es la inflación la respuesta? Todo indica que sí». pues el mayor riesgo a esquivar es caer en una espiral deflacionista como ocurrió en Japón, advierte el economista.
También riesgos
La estrategia, en cualquier caso, no es, sin embargo, ajena a los riesgos. Una perspectiva de altos precios sin un control podría pasar también factura a las economías, ya que podría ahuyentar a los inversores extranjeros y perjudicar también al dólar.
El principal reto estaría entonces en evitar que la inflación regresara a los niveles superiores al 10%, los que se registraron en los años setenta y necesitaron de una recesión económica y de casi una década para poder ser subsanados.

sábado, 20 de febrero de 2010

Gestología

( Pulsando sobre las imágenes las puede ver ampliadas)


¡A los leones con ellos!.


CUANDO a los gobiernos les vienen mal dados los titulares y las cifras, suelen refugiarse en el victimismo, que ejercen en forma de oposición a la oposición.
Todos lo han hecho en algún momento y no hay partido que no posea el correspondiente manual de instrucciones.
Pero ninguno practica este arte con la maestría del PSOE.
Ellos lo bordan.
No importa la cantidad de poder que tengan, la amplitud de las mayorías que exhiban o los años que lleven tomando las decisiones. Según su forma de presentar las cosas, la culpa de los males que afligen a España (o a Cataluña, o a Extremadura, o al Ayuntamiento de Getafe, lo mismo da que da lo mismo) es y siempre será del PP.
¿Que se multiplica el número de parados hasta duplicar la tasa registrada en el último año del gabinete popular? Responsabilidad del PP por fomentar el ladrillo.
¿Que ETA se los lleva al huerto y les marea durante meses con un proceso de paz tan falso como tramposo? Fracaso imputable al PP por criticar la negociación.
¿Que arrecia la crisis y ninguna de las medidas propuestas por el Ejecutivo tiene otro efecto que el de agravar la situación económica y propiciar la desconfianza de los mercados? Son los buitres del PP quienes, en vez de arrimar el hombro, se recrean con los malos datos esperando sacar tajada.
¿Que Zapatero se queda sin ideas (en el supuesto de que llegara a tener alguna digna de ese nombre) pero no se atreve a reconocer su impotencia y pedir humildemente ayuda? Es Rajoy, un Rajoy codicioso y egoísta, quien choca frontalmente con el empeño de los honrados ciudadanos y los partidos decentes por superar las dificultades.
Y cuando todo falla, cuando ya no cuela ninguno de los apartados del argumentario oficial, cuando el cabreo del respetable es tal que se traduce en un desplome imparable de los socialistas en las encuestas, sacan a pasear el espantajo de ese Aznar «asesino» y «criminal de guerra» que tan buenos resultados les dio en 2004.
Esto lo hacen mediante persona interpuesta, por supuesto.
Es el trabajo sucio encomendado a ciertos exponentes de las vanguardias de ataque que se mueven como pez en el agua en el mundo universitario y en algunos medios de comunicación (en su caso, de propaganda) siempre dispuestos a socorrer a quien les abreva.
Pero lo hacen. (Isabel San Sebatián, El Mundo)
No falla. Hacer oposición a la oposición es un recurso tan manido como eficaz. Fue en su día la especialidad de Alfonso Guerra y hoy la de Pepe Blanco, cuyo ascenso al estrellato no es casual. A falta de pan, hay que dar circo, y los leones se mueren de hambre. Alguien tiene que poner la sangre.

El extraño caso del ex presidente. (Lucía Mendez, El Mundo).


El último dedo de Aznar confirma que, efectivamente, le importa todo un bledo, o una higa, expresión que él mismo utilizaba mucho en su juventud biológica. A base de descumplir años, ya va por los trece, que es la edad a la que los niños suelen sacar ese dedo tan expresivo para referirse a compañeros frikis, empollones o profesores. A nada que se descuide vuelve a nacer, como el protagonista de El extraño caso de Benjamin Button.
La vida suele transformar a las personas, pero la metamorfosis de Aznar es extraordinaria. Un dato al respecto. En el año 91, en plena construcción de su liderazgo, el entonces presidente del PP visitó la Universidad Complutense después de haber apoyado a González en su respaldo al primer ataque contra Irak. Le abuchearon, igual que en Oviedo. Pero aguantó el chaparrón y ni se le ocurrió mirarles mal. Su portavoz, Miguel Ángel Rodríguez, cogió del suelo uno de los pasquines que decía: «Aznar, zurraspilla de Bush» y lo colocó en su despacho. Entonces todo parecía gracioso, no como ahora.
Si quitamos el castigo que diariamente inflinge a su cuerpo, el caso de Aznar es envidiable. ¿A quién no le gustaría sacarle el dedo a la cantidad de idiotas que uno se encuentra por ahí? Este hombre no sólo descumple años, sino que ha llegado a ese estadio superior de leyenda urbana o personaje legendario donde no se tiene miedo a nada y no se está condicionado por nada. Hace lo que le da la gana y no sufre remordimientos, sino al contrario. Es más. Tiene una corte de trompeteros que le justifica y le jalea, haga lo que haga. Si algún día decide tunear el Audi blindado y subir por la Castellana a 200 por hora, bakalao a tope y sacando la cabeza por la ventanilla, dirán que la culpa la tienen Zapatero y los que le odian, que «no pueden vivir» sin él.
En realidad, si Aznar sigue tan presente en la vida de España es porque tiene un asuntillo pendiente que también empezó con un dedo. El dedo con el que designó a su sucesor. Ni su cuerpo ni su alma podrán descansar tranquilos hasta el día en el que Rajoy entre en La Moncloa o pida el reingreso en el registro de la propiedad.
«Sólo algunos elegidos, como Isabel Preysler y Aznar, tienen el privilegio de descumplir años»

La inquietante incoherencia del Presidente.


HAY ALGO que se paga más caro que los errores en el ámbito de la economía: la incoherencia. Y ésta es la palabra que resume la impresión que dio ayer Zapatero en Londres cuando afirmó que el Gobierno reducirá el déficit «cuando la recuperación sea activa».
Este planteamiento supone una grave equivocación porque la reducción del déficit debe abordarse en España como un requisito necesario para que la economía pueda reactivarse. El orden de factores sí altera el producto. La carreta no puede ir por delante de los bueyes. Todos los analistas y expertos coinciden en que la economía española no podrá volver a niveles de crecimiento considerables con un déficit como el del año pasado (11,4% del PIB).
Mantener un elevado déficit supone incrementar el endeudamiento del país a largo plazo y detraer recursos para la inversión productiva. Por eso no tiene sentido que Zapatero ponga ahora condiciones para hacer ese recorte de 50.000 millones de euros en cuatro años que fijaba el programa de estabilidad presentado en Bruselas. Dado que el Banco de España estima que la recuperación se retrasara al 2012, el Gobierno podría no tomarse en serio su compromiso hasta dentro de dos años.
Las palabras del presidente del Gobierno rozan la esquizofrenia porque durante los últimos 12 días la vicepresidenta Elena Salgado y el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, han dedicado su tiempo a efectuar roads shows por Londres, París, Nueva York y otras capitales para convencer a los inversores de que los esfuerzos por reducir el déficit son serios.
En el colmo de los despropósitos, Zapatero volvió ayer a arremeter contra los mercados, subrayando que el Gobierno «no va a caer en la trampa de actuar en función de los intereses a corto plazo de algunos fondos». Aseguró que le parece «una paradoja» que «los mercados a los que los estados acudieron a salvar, haciendo una inversión pública fuerte, sean ahora los que examinan a los gobiernos y les ponen en dificultades».
Zapatero confunde los mercados con el sistema financiero, al que ciertamente ayudó el Ejecutivo en los momentos peores de la crisis con diversas medidas. Pero resulta que el propio presidente se jactó en su comparecencia en el Congreso de que el Tesoro había ganado más de 1.500 millones de euros con los avales y compras de activos a la banca.
Todo indica que Zapatero disfruta arremetiendo con eso que él llama «los mercados». Pero habría que explicarle que los mercados no son cuatro señores con puros y sombreros de copa que se reúnen en una mesa para fastidiar a países como España sino que son la suma de una multiplicidad de decisiones inconexas entre sí.
Lo peor que se desprende de estas declaraciones es que Zapatero sigue sin tomarse en serio sus propios anuncios de política económica, que al parecer considera puramente propagandísticos y destinados a contentar a la opinión pública y a la oposición. Por eso dice una cosa hoy y mañana, la contraria, como se pudo constatar en el asunto del alargamiento del periodo de cómputo de las pensiones.
El Ejecutivo ha convocado el próximo jueves a todos los partidos para comenzar la negociación del pacto que pidió Zapatero en el Congreso. La vicepresidenta Fernández de la Vega solicitó ayer al PP que «eche una mano». Sería deseable que así lo hiciese si el Gobierno tuviera un mínimo de coherencia. Pero no se le puede pedir a Rajoy que negocie si el propio presidente no se toma en serio los compromisos que anuncia a bombo y platillo.
Las declaraciones de ayer ponen de manifiesto que Zapatero no es consciente de la gravedad de la situación ni se cree el negro panorama que prevé el Banco de España, confiando tal vez en que su buena estrella le salvará en el último momento.

miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Cómo acabar con seguridad una Nación aunque ésta se resista y no morir en el intento?


Un breviario del método utilizado por uno de nuestros más insignes e ilustres políticos para acabar con la nación que le eligió como presidente del gobierno. Este sistema será útil para las siguientes generaciones de gobernantes de todo el mundo que deseen finiquitar su país, movidos por cualquier impulso inconsciente que venga derivado de la venganza, del resentimiento o de la estupidez.

1.- Hay que tener en cuenta es que al asumir la presidencia de una nación se debe obviar su trayectoria histórica, su tradición y su espíritu colectivo. Debe considerársela como un terreno grande donde vive mucha gente, hay bosques y pájaros.
2. Derivado de lo anterior hay que relativizar el concepto de nación, de esta manera los enemigos internos y externos ya sabrán que están ante un pusilánime dispuesto a aceptar todo tipo de chantajes bien orquestados.
3. Después tienes que tener un modelo ideal de sociedad. Como esté constituida en la realidad es un detalle sin importancia que no tiene porque cambiar tus deseos. Por ejemplo puedes decidir que tenga el estado de bienestar de Suecia, la multiculturalidad de África y el sistema de pensiones de Alemania. Si es así como te gusta tienes que trabajar para que sea así.
4. Es muy importante para ahorrarte pensar excesivamente que dividas todos los conceptos que tendrás que tratar en buenos y malos. Si lo haces pronto ya no tendrás que darle muchas vueltas a cuestiones que podrían hacerse muy complejas. Por ejemplo: Estados Unidos e Israel: Malos, Empresarios: Malos, Sindicatos: Buenos, Hombres: Malos, Dictaduras latinoamericanas: Buenos, y así sucesivamente...
5. Se hace imprescindible que tu equipo esté por debajo de tu perfil intelectual. Es recomendable, para ello, hacerles la prueba del geranio. Esta consiste en situar al candidato o candidata a ministro al lado de un geranio y hacerles una pregunta sencilla del tipo: “¿Dónde viven las sardinas?” Si el candidato responde antes que el geranio, y acierta, debes considerarlo apto. Los ministerios los puedes repartir con sobres sorpresa elegidos al azar.
6. También es importante que llenes el país de inmigrantes de otras culturas de difícil compatibilidad con la autóctona. De esta manera te garantizas que en caso de crisis económica los conflictos sociales sean abundantes, menudencia salvable que no te tiene porque impedir seguir avanzando en tus sueños de fraternidad universal.
7. Las prestaciones sociales deben ser la piedra de toque de tu política. Es necesario que cuando hables de ello consigas que la gente piense en parados, jubilados, enfermos, pensionistas y personas en situación muy desfavorecida. Pero en realidad el dinero que recaudes asfixiando a empresarios, autónomos y trabajadores no debe llegar a esos sectores citados, debe ir dirigido al sector que te garantizará su apoyo mientras hundes la nación: vagos, vividores y subvencionados. Por ejemplo si Blasa Pérez, es un decir, tuvo una mala noche porque su marido no le hacía caso, y para desquitarse quiere hacer una película, como es prima de un diputado de tu partido por Cantabria, pues se le consigue un millón de euros en un pispas y así la hace y se resarce del disgusto. Que algún virrey de provincias quiere montar una embajada en Singapur, y tiene un par de amigos que les va mal la empresa, pues se le dan un par de milloncitos de euros y ya está, los envía allí y les alivia el problema. Que resulta que una pedanía onubense quiere convertirse en territorio independiente y salirse de la OTAN, pues creas una comisión mixta de diputados y que lo estudien, eso sí, hoteles cinco estrellas y tablaito flamenco por las noches, para que estén animados por el día. Es muy importante que todos estos estén contentos, los otros como ya están acostumbrados a sufrir no se van a quejar.
8. Respecto a la política exterior tienes que elegir a tus aliados en función de tu misión en la tierra. Para ello es imprescindible olvidarse de los países líderes del mundo, por ejemplo los europeos o los Estados Unidos. Lo natural es que te hagas íntimo de los catalogados como eje del mal, o bien de aquellos que transforman democracias en dictaduras como quien no quiere la cosa, además es necesario empecinarte en que los proyectos de tiranos se mantengan en su puesto aunque sepas cuales son sus intenciones. Corea del Norte debe convertirse en tu principal amistad internacional.
9. Cuando realices una gira internacional lo mejor es que hables con los jefes de Estado que visites sobre lo maravilloso que sería el mundo si todos nos diéramos las manos, o sobre la importancia de no ser egoístas y pensar más en los demás. También puedes entretenerlos filosofando sobre la necesidad que tiene para el futuro el acoger al prójimo como uno más. Estos temas te granjearán enormes simpatías e influencia internacional. No importa que nunca más te reciban, porque lo sustancial es que el mensaje les haya calado.
10. La política económica tiene que estar basada en un sólido principio de distribución y reparto equitativo de la riqueza. Para ello es imprescindible que espantes a los inversores internacionales, pongas el crédito del país en alto riesgo, aumentes el déficit público, demonices a la banca, asfixies a las empresas, hagas imposible que las pymes puedan contratar y aumentes el pago de la seguridad social. En poco tiempo habrás conseguido que la mayoría del país sea de clase media baja. Así todos pobres no hay envidias y la gente vive tranquila.
11. En caso de que haya tensiones territoriales y hasta las aldeas quieran su autogobierno, tú como presidente del gobierno de la nación tienes que avivarlas, procurando tener a todos expectantes, frustrados e irritados. Si perseveras puedes llegar a conseguir que todos los territorios del país se odien entre sí y los más avezados promuevan su independencia. Si algún territorio creara su propio Estado mientras tu estás pensando en la alianza de civilizaciones o en como se hace el pato a la naranja, no te tienes porque incomodar, son cosas que suceden.
En fin, ya tienen una pequeña guía para transformar una nación espléndida e históricamente vigorosa en un cachivache ridículo y pobre.

martes, 16 de febrero de 2010

2010, el año del 'crash'. El tiempo dirá quien tiene razón, aunque ahora se le tilde de catastrofista.


Lo ocurrido desde 2008, en España y a escala mundial, es sólo la antesala de la crisis sistémica que estallará a partir del próximo verano. El crédito se restringirá, el consumo disminuirá y el paro subirá.
SANTIAGO NIÑO BECERRA 16/02/2010
(EL País, de 27 de agosto de 2007, anunciaba que "Zapatero garantiza que España está a salvo de la crisis financiera)
El mensaje oficial -en todas las economías, en todos los países- en este año que comienza es "Ya ha pasado lo peor; ahora a crecer de nuevo". Finalmente, la mayoría ha admitido que lo vivido en estos dos últimos años ha sido terrible, y lo sucedido en el primer semestre del 2009, lo más duro desde la Gran Depresión. Bien, como explico en mi libro El crash del 2010, lo sucedido es sólo la antesala de lo que está por llegar, lo sucedido ha sido la precrisis de la crisis sistémica que, entiendo, estallará a mediados del año en curso.
El BCE pondrá fin al acceso fácil y barato a su dinero para las entidades financieras
La capacidad de consumo descenderá, y, a la vez, la recaudación de los Estados
De entrada, una matización. Quienes han sido más realistas hasta ahora comparan lo acontecido desde mediados del 2008 con lo sucedido desde mediados de 1929 y, a partir de ahí, realizan sus análisis; yo pienso, en cambio, que la secuencia comienza antes: en 1923 (en el crash de entonces) y en 2003 (en el crash actual). En efecto, un repaso de la evolución del PIB de las principales economías en ambos periodos de tiempo muestra similitudes sorprendentes; la diferencia estriba en las decisiones entonces adoptadas y en las que ahora se han adoptado. Sin embargo, el final será idéntico: una crisis sistémica fruto del agotamiento de un modo de hacer que dará origen a un nuevo modo de funcionamiento. Puede sonar misterioso, pero, en el fondo, es algo muy técnico. El año 2010 constituye la frontera.
Y en 2010 es cuando verdaderamente se producirá el inicio de los problemas. De entrada, será a lo largo de los próximos meses cuando el Banco Central Europeo (BCE) pondrá fin al acceso fácil (y barato) a su dinero para las entidades financieras, lo que significará, entre otras cosas, el final de una forma fácil (y barata) de negocio: pedírselo prestado al BCE al 1% e invertirlo en Deuda Pública al 3%.
Para las empresas, el 2010 supondrá unas mayores dificultades (mucho mayores) a la hora de obtener financiación, debido a una creciente percepción de impago posible por parte de las agencias de calificación y de las propias entidades financieras, lo que les llevará a restringir el crédito en cualquiera de sus formas. (Evidentemente, lo dicho en el punto anterior influirá en estas mayores dificultades de financiación, ya que hará más caro a las entidades financieras la obtención de fondos).
Tampoco podrá extenderse más allá del 2010 la ficción en la que han vivido (porque así lo consideraron conveniente) los reguladores financieros: la aceptación como buenos de gran número de activos que un análisis exigente hubiese demostrado inaceptables (¿estamos hablando de 600.000 millones de euros?, ¿más?); una ficción que ha permitido posponer el crash unos meses, pero cuya afloración tendrá consecuencias. Si a esto añadimos la propia deuda de las entidades financieras (410.000 millones de euros es la que las españolas deberán atender entre 2010 y 2012), el panorama de estas entidades es, como poco, muy preocupante. Volveremos sobre el sistema financiero.
A lo largo de 2010, esas menores o más difíciles posibilidades de financiación para las empresas se traducirán en una ocupación decreciente, es decir, en un desempleo al alza. A ello contribuirán las restricciones en el consumo de todo tipo de bienes y servicios debidas al aumento del paro y al colapso de la capacidad de endeudamiento de las familias, y ello, tanto a nivel nacional como internacional, demostrará la imposibilidad de que las exportaciones se conviertan en la solución de todos los problemas, como así pretenden todos los Gobiernos de todos los países. En consecuencia, el peligro de la tan temida inflación puede darse por conculcado debido a que el consumo se derrumbará, lo que aleja la posibilidad de alzas significativas en los tipos de interés.
¿La consecuencia más inmediata de lo anterior? Rentas decrecientes por congelaciones salariales y por reducción de los beneficios empresariales, y rentas medias a la baja debido al aumento del desempleo y a la caída de la actividad económica, lo que se traducirá en caídas de los pluses y de los bonus pagados por las empresas. La capacidad de consumo descenderá, y, a la vez, lo hará la recaudación de los Estados, tanto por lo que respecta a la imposición indirecta como a la directa. La salida natural a un decorado como el descrito es hacia la economía sumergida (y mucho más en casos como el español, debido al reducido valor añadido de los bienes fabricados).
En 2010 también se asistirá al fin de lo que verdaderamente ha posibilitado la recuperación habida en el segundo semestre del 2009: los estímulos, las ayudas y las inyecciones directas e indirectas, aunque generalizadas, aplicados por los gobiernos.
Su final se producirá por el hecho de que la propia capacidad de endeudamiento de los Estados (al menos en su forma actual) ha llegado a su fin (el caso de Grecia ha sido la primera manifestación). Pero el final de esos estímulos tendrá consecuencias: dejarán de ser factibles tareas realizadas al calor del Gasto Público y dejarán de ser sostenibles realidades creadas al abrigo de avales y garantías estatales.
Durante el año 2010, y vinculado con lo anterior, los Estados deberán ir realizando aquellos ajustes presupuestarios más imperativos; menos, entiendo, por el lado del aumento de ingresos como por el del decremento de gastos, es decir, no tanto incrementando las figuras impositivas como reduciendo el Gasto Público. El objetivo será doble: disminuir sus déficit y conseguir una mejor aceptación (al menor coste posible) de la Deuda Pública que tales Estados van a tener que continuar emitiendo. También estas medidas tendrán consecuencias.
En septiembre del 2007 se manifestó, con el estallido de la crisis de las subprime, que el modo de crecimiento que la economía mundial mantuvo hasta entonces había llegado a su agotamiento (por eso, pienso, nadie es culpable: o se hacía lo que se hizo o no se crecía en la medida en que se deseaba crecer). Las políticas desplegadas por los Estados, así como las coordinaciones financieras más o menos efectivas de los Bancos Centrales y de las instituciones internacionales han permitido alargar la situación más de dos años a un coste enorme: enormes déficit, cierto, pero lo peor es que sólo para llegar más tarde a un punto muerto.
En 2010, pienso, todas estas carencias serán puestas sobre la mesa, dando comienzo a una crisis larga y profunda muy semejante a la Gran Depresión, aunque con el handicap de que la salida será muy distinta a la que se produjo en 1950.
¿España? Le irá todo peor que a la mayoría debido a su particular modo de hacer las cosas: actividades intensivas en factor trabajo, generadoras de bajo valor añadido y proporcionalmente más dependientes que otras del exterior y del crédito. Para 2010 estimo que el PIB español experimentará una tasa de variación de entre el -4,4% y el -4,2%. Y nuestra tasa de desempleo se situará entre el 22,0% y el 23,0% de la población activa, y ello sin considerar ni el desempleo encubierto ni el subempleo. Una joya de año, vamos (y será el principio).
Santiago Niño Becerra es catedrático de Estructura Económica en la Facultad de Economía IQS de la Universidad Ramon Llull.

jueves, 4 de febrero de 2010

Piadoso impostor


M. MARTÍN FERRAND. ABC.- Jueves , 04-02-10
REZAR, como nos enseñaba el Catecismo del padre Astete, «es elevar el corazón a Dios y pedirle mercedes con humildad y confianza». En el Catecismo del padre Ripalda, el de la otra media España, era el alma y no el corazón lo que se debía elevar; pero, tratándose de textos de dos buenos clérigos del XVI, lo del corazón es previo a la cardiología y lo del alma, anterior al psicoanálisis. Para rezar basta con una voluntad piadosa y esperanzada y un mínimo de fe en Dios. ¿Coincidirán esas condiciones en José Luis Rodríguez Zapatero cuando esta mañana asista al desayuno de oración que tiene convocado The Family Fellowship, presidido por Barack Obama, o se trata de una nueva impostura del personaje que nos gobierna?
Hace muchos años, un dinámico cura irlandés puso en marcha una «cruzada» -así la llamaron entonces- para inducir al rezo del rosario en familia. El lema de la campaña -«La familia que reza unida permanece unida»- originó en Madrid la mayor concentración de personas de la que tengo memoria hasta la llegada de Juan Pablo II, por encima de las exhibiciones patrióticas y las demostraciones sindicales propias de la época. ¿Qué familia pretenderá mantener agrupada el sobrevenido devoto Zapatero? Su insensatez federal niega, con los hechos, la hipotética pretensión de la unión entre los españoles y la contestación que comienza a notarse en las filas del PSOE desmiente la de la familia socialista. Todo sea por una foto que compense, en Washington, la ausencia, en Madrid, de la que nos tenía anunciada en grandiosa conjunción planetaria para el próximo mes de mayo.
Lourdes o Fátima tienen probada una mayor y más antigua capacidad milagrera que Washington; pero Zapatero, que mira el pasado con rencor y el futuro con esnobismo, prefiere peregrinar a Washington. Está en su derecho, como lo está al hacerse acompañar de distinguidos acólitos del periodismo español para que le lleven el cirio y, llegado el caso, puedan escribir la crónica de su conversión a la doctrina del imperio de las barras y las estrellas. San Pablo, cuando cayó del caballo, empezó el camino de la santidad; pero sospecho, a partir de la lectura de sus epístolas, que era más habilidoso jinete de lo que pueda serlo el de León. No es lo mismo Damasco que Washington y las caídas equinas no necesariamente hacen brotar la fe. En la mayoría de los casos conducen, únicamente, a la deslomadura.

En Bruselas tenemos a una corte de personajes muy bien pagados que ponen condiciones draconianas a todos aquellos que viven de su esfuerzo y no buscan más que el bienestar de sus familias, en las peores condiciones. En Madrid y en todas las cortes de taifas de nuestra geografía se producen aún mayores vilipendios. Hablar de los abusos y disparates, de las barbaridades que comete la Generalidad de Cataluña en su incansable cruzada por la puridad identitaria resulta ya ocioso. Un grupo de perfectos mediocres que quiere hundir a su pueblo al mismo nivel que el suyo está destrozando toda motivación de calidad, excelencia y humanismo porque sólo se sabe a gusto y a salvo en el lodo propio. Han conseguido en Cataluña crear el temor necesario para que solo les respondan los exiliados. Pero hemos llegado al instante en que ya no es sólo el País Vasco con la amenaza permanente de muerte. Ni Cataluña con su espada de Damocles de la exclusión social. Estamos ante una España en general en la que se siente el miedo. En la que ya no son payasadas de Bruselas sino admoniciones propias de La Moncloa las que hacen bajar el tono a nuestros ciudadanos a la hora de hablar. Si Bruselas se ha convertido en una especie de laboratorio total de directrices con amenazas de sanción, Madrid y su Gobierno se han convertido en una amenaza para toda persona libre.Con una vocación intimidatoria que Europa no conoce desde que se hundieron las últimas dictaduras.

En barrena


El Gobierno -o lo que queda de él porque hay ministros desaparecidos- ha entrado en barrena: nada le sale bien y se mueve en el más absoluto caos.
Por todas partes está cundiendo una pavorosa sensación de alarma nacional que va mucho más allá de las emociones subjetivas porque se fundamenta en las devastadoras estadísticas del paro y un déficit ante el que los mercados europeos han empezado a tocar las sirenas.
El presidente puede huir de sí mismo pero el país no tiene para dónde escapar y sólo cabe rogar a quien cada uno rece para que este desbarajuste no termine de mala manera.
La última ocurrencia de desgobierno ha sido la propuesta retráctil de alargar las bases de la jubilación, que La Moncloa no ha sido capaz de sostener más allá de unas horas después de meter el susto en el cuerpo a los sindicatos y ante el probable veto de éstos. Forzado a rectificar su discurso con un ajuste en el que no cree,
Zapatero da bandazos como un piloto enloquecido tocando a la vez todos los botones del cuadro de mandos.
Si el objetivo era inspirar confianza a los mercados estos vaivenes deben de inspirar pánico: a ver quién le compra deuda a una nación gobernada (?) a tumbos por dirigentes sumidos en un abracadabrante desconcierto.
Con el Gobierno oliendo a chamusquina, algunos barones socialistas empiezan a poner pies en polvorosa tratando de que no les salpiquen los escombros.
El manchego Barreda se empieza a ver en el espejo cara de perdedor y ha apuntado hacia arriba para señalar responsabilidades. El cambio de gabinete que ha pedido no es más que una impugnación en toda regla del actual, bajo cuya sombra se siente oscurecido.
El desmarque tiene pinta de huida de un edificio en ruinas pero la opinión de Barreda es un clamor dentro y fuera del PSOE: con este equipo incompetente y quemado el Partido Socialista se hunde y el país detrás.
El problema es que el presidente puede hacer una crisis pero no se puede cambiar a sí mismo.
La situación es crítica, y en parte acaso irreversible.
Este colapso nacional va a dejar secuelas profundas en la estructura productiva, un retroceso de lustros en la escala socioeconómica de España. El asunto va mucho más allá de la lucha por el poder: estamos ante una coyuntura de auténtica emergencia que puede sumirnos en un marasmo de décadas, y el Gobierno permanece aislado y bloqueado, en conflicto con su propia esencia, incapaz de tomar decisiones estratégicas. El zapaterismo era un estilo para la política superficial, para gestos livianos y audaces a favor de corriente, pero carece de recursos y de enjundia para enfrentarse a los estragos de una crisis tan seria. Esto va a acabar mal y cada día tiene menos margen de arreglo. (Ignacio Camacho, ABC)

¿Qué mas da?... más y más


La Generalitat de Montilla ha aprobado sustituir diputaciones por veguerías sin reformar la Constitución, en contra de lo que proponía el texto del ahora ministro de Justicia que, en un Informe de 2004, sostenía que las veguerías no cabían en la Constitución
Francisco Caamaño, actual ministro de Justicia, publicó hace seis años un informe, cuando era secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, en el que aseguraba que la creación de veguerías, y la supresión de provincias, requeriría la necesidad de reformar la Constitución, un paso que el Gobierno de José Montilla ha obviado.
«Más temprano que tarde habrá que decidir entre suprimir la provincia y adjudicar a las CC.AA. la creación, según sus peculiaridades, sus particulares entes locales intermedios (llámense comarcas, veguerías o de cualquier otro modo) lo que obligaría a una reforma de la Constitución».
La aprobación, el martes, de la Ley de veguerías, que abre un proceso de reorganización territorial en Cataluña, obligará a reformar tres leyes orgánicas estatales. Es decir, que nunca saldrá adelante sin la aceptación del Gobierno y el apoyo del PSOE en el Congreso de los Diputados.
El proyecto de la Generalitat conserva las provincias como mapa de la administración del Estado y circunscripción electoral para evitar precisamente la necesidad de reformar la Carta Magna. Pero elimina las diputaciones, recogidas en la legislación básica del Estado, y supone la creación de dos mapas administrativos superpuestos: provincias para la Administración del Estado y veguerías para la autonómica.
Las actuales Diputaciones serán sustituidas por siete Consejos de Veguería, que actuarían también como administración supramunicipal y se financiarán con los fondos estatales destinados a la Administración Local que ahora administran las diputaciones. Se trata de una vieja reivindicación del nacionalismo catalán, que siempre ha visto en el mapa provincial una rémora del franquismo.
La segunda ley aprobada por el ejecutivo de Montilla es la recuperación del Área Metropolitana de Barcelona, una entidad que agrupa a 36 municipios de la conurbación barcelonesa en la que viven más de tres millones de personas, la mitad de la población de Cataluña. Se trata en este caso de una reivindicación socialista, desde que Jordi Pujol suprimió en 1987 el gobierno metropolitano por temor a que actuara como contrapoder de la Generalitat.

Tanto CiU como PP y C´s anunciaron su oposición al proyecto del gobierno que preside Montilla, mientras PSC, ERC e ICV amenazaban con imponer su rodillo en el Parlamento autonómico para aprobarlo antes de que concluya la actual legislatura.
CiU dejó abierta la posibilidad de presentar una enmienda a la totalidad porque nace sin consenso territorial y político, y el PP fue más allá y aseguró que «no descarta» recurrirlo ante el Consejo de Garantias Estatutarias.
Según la portavoz del PP en el Parlamento autonómico, Dolors Montserrat, el proyecto de ley es «un desprecio y un desafío» al Tribunal Constitucional (TC) que, a su juicio, este mes podría sentenciar sobre el Estatut.

Resulta llamativo que mientras se crean «espacios europeos» y áreas de cooperación multinacional, la coalición de socialistas y nacionalistas en Cataluña apueste por reorganizar esta comunidad con un modelo fragmentario de la Edad Media. Ahora bien, mientras el Tribunal Constitucional no resuelva los recursos contra el Estatuto de Cataluña, el gobierno de José Montilla tendrá la base legal para seguir engordando un desarrollo estatutario que hará mucho más difícil la reposición del orden constitucional en la comunidad catalana, siempre que la sentencia declare la inconstitucionalidad, total o parcial, del Estatuto.
La parálisis del TC deja libre el camino al tripartito para demostrar que el Estatuto no es una norma de gobierno autonómico, sino un texto de efecto constituyente que ha alterado el modelo constitucional del Estado español al margen de los procedimientos de reforma de la Constitución, diga lo que diga el TC.
Por otro lado, el proyecto del tripartito responde más a una nueva concesión al radicalismo nacionalista, porque la creación de veguerías no es necesaria administrativamente ni es demandada socialmente. Además, su tramitación y posterior entrada en vigor ocupará un tiempo superior al que resta hasta las elecciones autonómicas de octubre, si no hay adelanto electoral. Por tanto, parece una cierta frivolidad plantear nada menos que una reorganización territorial de Cataluña -y del Estado, por supuesto- sin esperar a la sentencia del TC, ni al resultado de las próximas elecciones, aunque todo puede explicarse si se trata de una apuesta meramente electoralista para mantener el apoyo de los sectores nacionalistas más radicales. Como hasta ahora.

Oración de Zapatero


DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO EN EL NATIONAL PRAYER BREAKFAST
Washington, 4 de Febrero de 2010
Presidente, Congresistas, Señoras y señores,
Gracias.
Gracias, por invitarme a participar, en nombre de mi país, en nombre de España, en uno de los actos de mayor tradición y simbolismo en la sociedad americana.
Y permítanme que les hable en castellano, en la lengua en la que por primera vez se rezó al Dios del Evangelio en esta tierra.
Nadie como ustedes conoce el valor de la libertad religiosa.
Sus antecesores huyeron de la dominación, y para que nunca les fuera arrebatada la libertad fundaron este país.
Una Nación, los Estados Unidos, alumbrada en la democracia.
Que no ha dejado de crecer bajo su fuerza.
Que abolió la esclavitud, reconoció la igualdad de voto, y proscribió la discriminación.
Que ha ensanchado el pluralismo, la tolerancia, el respeto a todas las opciones y creencias…
Conquistas admirables, admirables a ojos de un demócrata que vive en una de las Naciones más antiguas del orbe: España.
Una Nación también diversa, forjada en la diversidad y renovada en su diversidad.
Una Nación también americana, “la más multicultural de las tierras de Europa, (la) España celta e ibera, fenicia, griega, romana, judía, árabe y cristiana” -sobre todo cristiana-, como la ha caracterizado desde Latinoamérica Carlos Fuentes.
Nuestros dos países deben mucho a quienes han venido de fuera. No se entienden sin ellos, sin los que, a lo largo del tiempo, han llegado a nuestra tierra y, conviviendo, se han convertido en nosotros, en lo que somos.
Permítanme que les lea un pasaje de la Biblia, del capítulo 24 del Deuteronomio:
No explotarás al jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus compatriotas, o un extranjero que vive en alguna de las ciudades de tupaís .
Págale su jornal ese mismo día, antes que se ponga el sol, porque está necesitado, y su vida depende de su jornal…
No dejemos de velar por la buena integración de quienes han venido a trabajar y a convivir a nuestros países.
No dejemos de velar también por aquellos a los que no podemos acoger entre nosotros, y pasan hambre y miseria en tantos lugares de la Tierra.
Como las personas que viven en Haití, y cuyo infortunio nos ha movido a hacer un gran ofrecimiento de solidaridad.
Una solidaridad que nos reconcilia con nuestra condición misma de seres humanos, vulnerables y fraternos. Y que no debe diluirse en el olvido.
Asimismo, quiero proclamar el más sentido compromiso con los hombres y las mujeres que, en nuestras sociedades, padecen, en estos tiempos difíciles, la falta de trabajo.
Todos ellos deben saber que no hay tarea de la que, como gobernantes,
nos sintamos más responsables; que no hay tarea que nos acucie más que la de favorecer la creación del empleo.
Señoras y señores,
Hoy mi plegaria quiere reivindicar igualmente el derecho de cada persona, en cualquier lugar del mundo, a su autonomía moral, a su propia búsqueda del bien.
Hoy mi plegaria quiere reivindicar la libertad de todos para vivir su propia vida, para vivir con la persona amada y para crear y cuidar a su entorno familiar, mereciendo respeto por ello.
La libertad es la verdad cívica, la verdad común. Es ella la que nos hace verdaderos, auténticos como personas y como ciudadanos, porque nos permite a cada cual mirar a la cara al destino y buscar la propia verdad.
Pero la tolerancia es mucho más que la aceptación del otro: es descubrir, conocer y reconocer al otro.
El desconocimiento del otro está en la raíz de los conflictos que amenazan a la humanidad y ponen en peligro nuestro futuro.
El odio nace de la ignorancia y la concordia se construye sobre el conocimiento.
También la paz.
España ya fue en el pasado ejemplo de convivencia entre las tres religiones del Libro: Judaísmo, Cristianismo e Islam.
Y hoy defiende en el mundo la tolerancia religiosa y el respeto a la diferencia; el diálogo, la convivencia de las culturas, la Alianza de las civilizaciones.
Lo hacemos con tanta convicción como rechazamos las afirmaciones excluyentes de superioridad moral, el absolutismo o el fundamentalismo intransigente.
Estados Unidos sabe, como también lo sabe España, que la utilización espuria de la fe religiosa para justificar la violencia puede ser enormemente destructiva.
Y qué mejor momento que este Desayuno de Oración para que recordemos juntos, para que honremos juntos, a nuestras víctimas del terrorismo.
Porque, juntos, también, defendemos la libertad allí donde se ve amenazada.
Señor Presidente, congresistas; señoras y señores,
Ya sea con una dimensión trascendente o cívica, la libertad es siempre el fundamento de la esperanza, de la esperanza en el futuro.
Por la libertad, así como por la honra -se dice en El Quijote, la obra literaria más importante escrita en español- se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.
La libertad es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos…”
Que ese don siga iluminando a América y a todos los pueblos de la tierra.

Se busca ejemplo a seguir (Isabel San Sebastián)


ESPAÑA es un enfermo agudo de neumonía que tirita a la intemperie mientras su presidente, bien abrigado y mejor comido, le receta aspirinas. No le presta su chaqueta ni le envía al especialista, no. Cual Mengele de la economía, experimenta tratamientos, a cual más devastador para el paciente, convencido de ser un genio incomprendido.

España es una leprosa cuyas campanillas de alerta (paro, deuda y déficit disparados) ahuyentan a cualquier dirigente que aspire a mantenerse libre del contagio, ya sea viniendo aquí, como en el caso de Obama, ya sea acercándose a Zapatero en la reunión de Davos. Somos los apestados de Europa. La «s» de los cochinos (pigs) que lastran la recuperación. Náufragos a la merced de las ocurrencias de un irresponsable.

Según un reciente informe sobre el futuro de nuestro Estado de Bienestar, que firman nombres del relieve de Rodrigo Rato, Juan Manuel Eguiagaray o José María Fidalgo, estamos al borde de la quiebra. Es decir, que si no se toman medidas drásticas, globales e inmediatas, ya podemos decir adiós a los derechos adquiridos y despedirnos del sistema de salud y protección social que hemos disfrutado hasta ahora; de las pensiones garantizadas y no digamos de la cobertura a la dependencia, que pasará a la Historia como una de las mentiras más gordas de este Gobierno de embusteros. En otras palabras; que si queremos mantener algo de lo conquistado a lo largo de décadas de esfuerzo, ha llegado el momento de apretarse el cinturón. Pero de hacerlo todos a una, no sólo los pringaos de siempre.

El mismo día en que se descolgó nuestro iluminado líder con eso de que había que retrasar la edad de jubilación hasta los 67 años, supimos que a los diputados les basta con once en el Congreso para garantizarse un retiro dorado al sol de la pensión máxima. Un acuerdo que tomaron todos los partidos del arco parlamentario, sin excepción, en el 2006, y que ninguno discute. ¿Es que nadie tiene un poco de vergüenza?

Trabajaremos más tiempo y renunciaremos a lo que nos pertenece, de acuerdo. Pero primero que se recorte el festín de las autonomías, que dejen de triplicarse administraciones, que desaparezcan coches oficiales, asesores, visas oro y demás prebendas, que se ponga fin al guateque lingüístico, al presupuesto de la alianza de civilizaciones, a las subvenciones al cine que nadie ve y al pesebre en el que abrevan los sindicatos. Que sea la clase política la primera en marchar por la senda de la austeridad. Den ustedes ejemplo de sacrificio y luego pídannos que les sigamos.

Una chapuza que daña la imagen de España (El Mundo)


PODRÍA haber sido el episodio de un esperpento, pero desgraciamente lo que sucedió ayer por la mañana fue real, bien real: el Gobierno anunció el alargamiento del periodo de cómputo para fijar la cuantía de las pensiones de 15 a 25 años y, cuatro horas más tarde, decidió dar marcha atrás.

La propuesta figuraba en el Programa de Estabilidad 2009-2013, presentado ayer ante la Comisión Europea, en el que se calculaba que la extensión de la jubilación hasta los 67 años y el aumento del periodo de cómputo de las pensiones permitirían un ahorro de recursos del 4% del PIB en 2030 (a precios actuales, unos 40.000 millones de euros).

A primera hora de la tarde y tras una dura reacción de los sindicatos, el Gobierno envió una nota a los medios de comunicación en la que señalaba que no se trataba de una propuesta sino de «un ejemplo», «una simulación» que había sido interpretada de forma «errónea». Es evidente que no se trataba de un ejemplo ni de una simulación ya que el Gobierno se había tomado la molestia de evaluar su impacto sobre las cuentas públicas. Pero es que además la medida ya figuraba, aunque sin cuantificar, en el proyecto de reforma de las pensiones aprobado el pasado viernes por el Consejo de Ministros.

Estamos, pues, ante una increíble chapuza que revela la ligereza con la que actúa el Gobierno en materia de política económica. El Programa de Estabilidad es una cosa muy seria y las pensiones lo son todavía mucho más, por lo que se podía suponer que el documento presentado en Bruselas era algo meditado y reflexionado. ¿Qué pueden pensar los dirigentes europeos y los inversores internacionales después de tamaña muestra de improvisación y de los bandazos de este Ejecutivo?

La imagen de España se deteriora cada día que pasa, como revelan las manifestaciones de Joaquín Almunia, comisario europeo de Asuntos Económicos, que equiparó ayer a España con Grecia y Portugal, palabras que se suman al diagnóstico de Paul Krugman de que nuestro país es hoy una grave amenaza para la estabilidad de la zona euro.

Iniciativas como las planteadas por el Gobierno para la reforma de las pensiones deberían haber formado parte de un gran pacto nacional consensuado con los partidos, las comunidades autónomas y los agentes sociales. Pero Zapatero optó por no pactar nada, creyendo ingenuamente que la crisis remitiría en unos meses.

La situación es hoy desoladora, como refleja el propio plan de estabilidad, en el que se plantea un recorte de un 4,3% sobre el PIB en el gasto de las Administraciones Públicas en el plazo de tres años, un esfuerzo de austeridad que parece imposible en un Gobierno acostumbrado a derrochar el dinero público.

Desgraciadamente para Zapatero, el equipo económico que encabeza Elena Salgado -que hace mes y medio defendió unos Presupuestos que hoy son papel mojado- ha perdido toda credibilidad. Máxime si el patinazo de ayer se salda sin que nadie asuma la responsabilidad de un fallo tan garrafal. Alguien tiene que pagar por el error.

Da la impresión de que el Gobierno es una nave a la deriva, que cambia de ruta en función de los vientos, pero que no sabe a dónde va. Hasta hace muy poco, Zapatero había sido persistente en sus políticas, aunque nos parecieran erróneas. Ahora, ha empezado a dar una serie de bandazos que ha desconcertado tanto a sus simpatizantes como a sus detractores porque lo peor, en una situación como ésta, es improvisar.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Sin palabras... no hacen falta.







Obama pasa de largo


Poco imaginaba el Ministerio de Exteriores, cuando anunció la presencia de Barack Obama en España con motivo de la presidencia semestral de la UE, que los problemas domésticos estadounidenses le harían desistir del viaje. Tampoco la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, sospechaba, cuando habló de la "conjunción planetaria" entre Zapatero y Obama, que éste sería el primer presidente de EE UU en faltar a una cita de la cumbre transatlántica en 10 años.
Pero el énfasis con que se vendió la piel del oso y la patética confianza en los efectos taumatúrgicos de la fotografía que ya no será es lo único que cabe reprocharle al Gobierno y al partido que lo sustenta en la cancelación del viaje. Un viaje que, por otra parte, aunque encajaba al dedillo en la tradición en la agenda transatlántica, nunca había sido confirmado.
El fiasco, mal que le pese al provincianismo refocilante, nada tiene que ver ni con España ni con el presidente de su Gobierno. Todo en cambio, con la recentísima mutación registrada en el programa del presidente estadounidense y solemnizada en el discurso del estado de la Unión. Apremiado por el desgaste en los sondeos en vísperas de elecciones legislativas, Obama fijó como objetivo prioritario la recuperación económica y del empleo, relegando a un segundo plano la política exterior que había caracterizado su primer año de mandato (en el que hizo más viajes internacionales que cualquiera de sus antecesores).
Su asistencia a los grandes encuentros se ha hecho más selectiva, concentrándose en las zonas de fricción más calientes, en las que más necesidad tiene de resultados tangibles que coticen internamente: Oriente Próximo, Asia, Rusia. La UE se ve sometida así a un grave revés diplomático, que se une al derivado del papel subalterno a que se vio relegada en la Cumbre del Clima de Copenhague.
O los nuevos cargos (el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y la alta representante para la Política Exterior, Catherine Ashton) aprietan el acelerador y la Unión demuestra que para tratar los focos de tensión mundial le conviene a EE UU frecuentar más a sus amigos más sólidos y que más le pueden aportar colectivamente (no sólo en formato bilateral, como pretenden Merkel, Brown o Sarkozy), o será difícil detener el deslizamiento de la UE hacia la irrelevancia.

Montilla hace lo que quiere gracias al TC


MIENTRAS el Tribunal Constitucional continúa sin emitir sentencia, el tripartito catalán aprovecha para seguir desarrollando artículos del Estatut que están recurridos porque numerosos expertos consideran contrarios a la Constitución. Es el caso de las veguerías, una nueva organi- zación territorial de Cataluña que acaba con las provincias, aprobada ayer y de la que Montilla dijo que da respuesta a «una reivindicación histórica del catalanismo». El PSC ha vuelto a pasar por las horcas caudinas de ERC, que venía exigiendo la aprobación de una ley que divide Cataluña en siete veguerías, lo que conlleva la desaparición de las Diputaciones, para lo cual será necesario reformar varias leyes orgánicas. La escandalosa tardanza del Constitucional y la pasividad del Gobierno central están permitiendo a Montilla y ERC aplicar una norma estatutaria que ha sido recurrida por su inconstitucionalidad.

De la economía sostenible a un país insostenible

Editorial de El Mundo.
LOS DATOS de los Servicios Públicos de Empleo y del Ministerio de Trabajo que constatan un incremento de casi 125.000 nuevos parados en enero y la pérdida de 257.000 afiliados a la Seguridad Social son demoledores. Pese a que enero es tradicionalmente un mal mes para el empleo, el aumento del número de parados en esta ocasión es catastrófico: nos retrotrae al ritmo de destrucción de puestos de trabajo de marzo del año pasado, es decir, a tiempos previos a la entrada del Plan E, que frenó la caída libre. Se pone así de manifiesto que el país no ha tocado fondo y que el paro continúa sin desacelerarse.
Especialmente preocupante es la pérdida de cotizantes a la Seguridad Social, que deja ahora la cifra de afiliados en 17,5 millones. Eso supone retroceder a datos de 2005, cuando la población en España era inferior en casi dos millones. Estos números dibujan un país insostenible en el que hay casi 8 millones de pensionistas, 4 millones de parados y 3 millones de empleados públicos, por 14,5 millones de trabajadores en el sector privado. Hay que advertir que por primera vez en España hay 4 millones de parados registrados oficialmente y también, por vez primera, hay más de 3 millones de personas que cobran un subsidio de desempleo. Eso quiere decir que el Estado debe afrontar al final de cada mes el pago de cerca de 9.000 millones de euros sólo para atender pensiones y subsidios. Se entiende así el giro radical del Gobierno, que ha pasado del discurso de la gran política social, de la economía sostenible y de los brotes verdes al aumento de impuestos, primero, y ahora al pensionazo.
Pero tan grave como el deterioro de la economía es la velocidad con que se produce. En agosto de 2007 había la mitad de parados que ahora y hace sólo ocho meses, en mayo de 2009, había casi dos millones de afiliados más a la Seguridad Social que hoy. Lo mismo puede decirse de la rapidez con la que se disparan la deuda y el déficit públicos. El Gobierno había calculado en los presupuestos de 2009 un déficit del 1,9%, y el ejercicio se ha cerrado con el 11,4%, lo que supone una desviación de 95.000 millones de euros sobre lo previsto.
Ante este panorama no es de extrañar que el FMI avise de que España deberá afrontar «grandes sacrificios» entre los que incluye, en todo caso, la bajada de salarios, o que la OCDE advierta de que la reforma del sistema de pensiones necesita «esfuerzos complementarios» a los ya anunciados de elevar la edad de jubilación y revisar el cálculo de la pensión.
Las luces de alarma están encendidas y hay que tomar decisiones. El nerviosismo no sólo está en la calle, se palpa también en el PSOE. El presidente castellanomanchego Barreda animaba ayer a Zapatero a acometer una «remodelación importante del Gobierno» para formar un equipo que combata mejor la crisis. Al margen de que sus declaraciones puedan ser consideradas oportunistas, revelan el debate interno que sacude las filas socialistas. Pero es el momento también de que la oposición esté a la altura. La tentación de acomodarse en el cuanto peor, mejor, no sirve, porque el PP corre el riesgo de heredar un país destrozado el día que llegue al Gobierno.
Esta semana Zapatero tiene una oportunidad de demostrar que es consciente de la gravedad de la situación. El Consejo de Ministros aprobará el viernes sus propuestas de reforma del mercado laboral. Desde luego, la situación no se va a desbloquear con medidas cosméticas. Veremos si, como pedía ayer la vicepresidenta De la Vega, se apuesta por «medidas valientes», que en este caso sólo pueden ir por la flexibilización en la contratación y el despido. Si tras haber dejado pasar un año Zapatero no se siente en condiciones de abordar esas reformas, debería pensar en convocar elecciones.

La 'semana horribilis' de Zapatero


LUCÍA MÉNDEZ . El Mundo. Miércoles, 3 de febrero de 2009.-
Todo empezó en Davos. Los gurús y másters del capitalismo sentaron a Zapatero entre Letonia y Grecia, los dos parientes pobres de Europa. Como diciendo. Le debió de sentar fatal y desde entonces el presidente del Gobierno ha entrado en barrena. Las desgracias le persiguen desde hace una semana y él las atrapa al vuelo, en lugar de esquivarlas.
Europa necesitaba un incauto al que apalear para conjurar el fantasma de la crisis y Zapatero se ha prestado voluntario a recibir las galletas. Tanta ilusión que ha puesto el hombre en ser presidente de turno de la UE y fíjate cómo le pagan.
Se ha colocado con su mejor traje de líder europeo en el escaparate de Bruselas y todos los que pasan le hacen burla. Los analistas, todos los diarios que acaban en 'Times' y 'Journal', los mercados internacionales que nadie sabe quiénes son y los economistas jefes de cualquier sitio.
Volvió de Davos y para aplacar a la bestia capitalista anunció el aumento en la edad de jubilación, provocando un debate caótico en el que nadie se aclara. Como las desgracias nunca vienen solas, Obama le dio plantón, los cuatro millones de parados se le volvieron a aparecer cara a cara y antes de partir para el Desayuno de Oración rectificó un documento oficial enviado a la Comisión Europea porque en su Ministerio de Economía alguien hace simulaciones como si fueran propuestas serias. O al revés.
¿Hay quien dé más? ¿Esto qué es? ¿Hay alguien que piense en La Moncloa? ¿Hay alguien que le diga: "presidente, explícanos: ¿a qué estamos jugando"? Es posible que a Zapatero la suerte se le haya acabado de tanto usarla. O que La Moncloa haya atrofiado su legendario instinto político. O ambas cosas a la vez.
Pero para culminar esta su 'semana horribilis', ya sólo le falta que en el Desayuno de la Oración de Washington los Adventistas del Séptimo Día le echen la bronca y tenga que callarse.

ZAPATERO, EL CAMALEÓN.


El blog de Rosa Díez

Le llamaron Bambi cuando no sabían cómo era. Ahora que le conocemos yo diría que se ha ganado a pulso el apelativo de camaleón. Nadie como él para mimetizarse en el ambiente. Nadie como él es capaz de adaptarse al medio con una rapidez tan extraordinaria que ni los suyos son capaces de idetificarle e identificarse con él.
No es cuestión de tirar de hemeroteca para confirmar hasta qué punto lo que acabo de afirmar es cierto; mi amigo Santiago González ha llenado su blog de ejercicios prácticos que demuestran lo inestable del discurso del líder, así que no les cansaré con reiteraciones. Si quieren reirse--y asombrarse--, les recomiendo que vayan a la fuente:
http://www.santiagonzalez.blogspot.com/.
Así que sin el ánimo de la exhaustividad, déjenme que les explique por qué considero que el animal que más le pega a Zapatero es el camaleón.
Según la definición que de este animal hace Fauna Ibérica, el camaleón es un reptil cuyo " color de fondo es exageradamente variable y lo pueden cambiar a voluntad; de tal forma, se dan individuos de color verde, amarillento, pardo, e incluso azulado o exageradamente negro. Junto al color imperante, siempre aparecen una serie de ocelos o máculas, unas de color blanquecino y otras de tonos más oscuros. En todos los casos, las variaciones del color son fiel testigo del estado anímico, de factores ambientales, e incluso del rango que ocupa cada individuo con respecto a sus congéneres". ¿Les suena?
El diccionario de la Real Academia de la Lengua añade en su segunda acepción la siguiente definición:
2. m. coloq. Persona que tiene habilidad para cambiar de actitud y conducta, adoptando en cada caso la más ventajosa.
¿A que también les suena?
Ejemplos prácticos:
. Zapatero va a Rodiezmo y se convierte en un minero más. Y jura y perjura que no tocará las pensiones, que no permitirá que se pierda ni un solo puesto de trabajo en unas minas que no producen más que nostalgia de un pasado que yo no fue. Dice lo que sus compañeros de UGT y PSOE que le organizan el acto quieren escuchar; no hace lo que un dirigente político responsable debiera: decir a los mineros que hay que construir el futuro superando un pasado que ya no volverá; que no pueden seguir añorando lo que fueron, que las nuevas generaciones tienen derecho a soñar de verdad con un futuro mejor, construido por ellos mismo, alejado de la dependencia a la que les somete un gobernante que compra susv otos a cambio de subvenciones que cada año les alejan más de una vida autónoma y libre. No; son obreros, mineros, sindicalistas: y el camaleón se pone el pañuelo rojoal cuello y canta la Internacional.
. ¿QueZapatero va a Davos? Pues hay que ponerse de neocon. Sobre todo después de que a España le han sentado en la mesa de los torpes, con Grecia y Letonia, a explicarse ante ese foro económico que se supone mueve el mundo. Allí hay que decir aque somos serios, que cumplimos nuestros compromisos. Cosa que es cierta si se refiere a los españoles en general; pero que ha dejado de serlo si se refiere al país que él nos está dejando. Por eso anuncia recortes en el gasto de 50.000 millones de euros, veionticuatro días después de haberse aprobado los Presupuestos Geneales del Estado, estos que subastó en las Cortes y fueron adjudicados al PNV y Coalición Canaria. Como no tiene el valor (ni la idea) para sostener un discurso alternativo al que allí se hace (necesidad de combatir el déficit, necesidad de ahorrar en gastos corrientes, necesidad de impulsar políticas anticíclicas, necesidad de oprdenar los mercados financieros...) , pues va y da un bandazo. ¿Improvisación? Bueno, sí; pero eso es algo a lo que ya estamos acostumbrados. Lo novedoso es la constatación de la falta de cuajo; no se atreve a ser diferente de aquellos a los que desprecia en cuanto llega a España. Y se mimetiza con ellos buscando que le quieran.
Por supuesto que la mayor parte de sus Ministros no tienen ni idea de que va a hacer estos anuncios; ni tampoco lo saben los miembros de la C.Ejecutiva Federal del PSOE, entre otros el Secretario de Estado para la Seguridad Social que se sienta con él en Ferraz. Es una variación (como dice Fauna Ibérica) producto del estado anímico, del factor ambiental y del rango. Ha de quedar bien alli, sin llamar la atención, confundico entre todos, uno más de ellos...A los demás, que les zurzan.
. Luego Zapatero se va a una cumbre con los paises africanos. Y repite jugada: más africano que los africanos. Les dice que han de seguir hablando "de igual a igual; y no se le cae la cara de vergüenza. Les dice que hay que invertir más en Somalia, porque son un riesgo; y no se le cae la cara de vergüenza aél, que es el más bueno de los buenos y todo lo hace por altruismo. Les dice que está muy agradecido porque se hayan apuntado a la Alianza de las Civilizacionezs; y tampoco se sonroja por trasladar a quienes luchan cada día por sobrevivir sus sueños de adolescente sobrevenido a presidente. a quienes luchan cada día por sobrevivir. Presume de lo contento que está Moratinos porque le sigue dando lo que le prometió para Cooperación, porque no le ha rebajado el Presupuesto... Habla ante los dirigentes africanos como el jefe de una tribu que presume de su generosidad y eso le reporta la alegría de su chamberlain... El camaleón vuelve a adaptarse al terreno cambiando de actitud y conducta, adoptando en cada caso la más ventajosa.
Podríamos seguir poniendo ejemplos, pero no merece la pena. Está claro que tenemos un gobernante capaz de hacer cualquier cosa (lo que sea y como sea) para mantenerse. Descubrió la demoscopia antes que la política y la ha usado y la seguirá usando en su beneficio. Cambiará de color tantas veces como sea necesario. Se adaptará al medio para sobrevivir. Olvidará cualquier promesa, cualquier compromiso que hubiera formulado sin importarle ni cuando la hizo ni ante quien se comprometió. Su instinto de superviviencia es mayor que el de un camaleón. Y tiene la sangre igual de fría. Que no se nos olvide.